martes, 1 de noviembre de 2016

NO LLORES, VUELA la cálidez del hielo.




La película de Claudia Llosa nos traslada a un mundo de personas sencillas, de personas que quieren olvidar, de dolores profundos, nos habla de la fé, de lo místico y sobre todo del perdón.
Esta mal decirlo pero me hizo llorar, cuando se compacta tan bien sentimientos que se llevan arraigados durante toda una vida. Cuando el dolor no se cura hasta que no se resuelve el conflicto emocional, eso se lleva toda la vida dentro de uno mismo.
En este caso vemos historias diferentes pero unidas entre sí por un nexo en común el personaje de Jennifer Connelly una madre que abandona a su hijo por no enfrentarse a la verdad o por elejir otro tipo de vida mística, en este caso curar a las personas por medio de sanación, con sus manos. Después vemos el personaje de Cillian Murphy (hijo de Connelly) que no ha podido perdonar a su madre por el abandono.
Y como último personaje tenemos a mi admirada Mélanie Laurent, que me cautivó mucho, hace de una periodista que busca a Connelly para que la cure de su enfermedad mediante sus manos.
Lo que más me interesa por un lado el echo de enfrentarse a algo que no está resuelto, algo que no se ha perdonado y que duele, y por otro lado me interesa el tema de la fé, creer en la curación por medios que no son convencionales, en este caso una curandera que recibe miles de visitas de creyentes con la esperanza de curarse.
La escena que descubrimos que Mélanie Laurent todo lo que hace es para llegar a esa persona y curarse, es conmovedora realmente, porque no sabemos si realmente esa persona puede curar con sus manos, y existe un gran debate sobr la gente que se dedica a la sanación, pero en esa última escena cuando Cillian Murphy da la piedra blanca para que la elejida sea Mélanie y sea ella quien se visite con la curandera. Me hace pensar que no es malo tener fé, creer que algo puede mejorar, mediante algo místico, mientras no se utilize a las personas enfermas para ganar dinero.
En la última escena está excelente Connelly caracterizada de mayor, vemos una persona descreída del mumdo, libre en su interior, eso nos hace ver que realmente tiene algo de especial o es una persona tocada por dios.
Y a la vez ese encuentro madre e hijo después de tanto tiempo es una escena muy estremecedora que me hizo llorar, porque hay cosas que no se olvidan y se llevan en el corazón, también pienso que el perdón nace de unos mismo, nace del amor y de la verdad.

Sin rencores sin lamentos no llores vuela.

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