sábado, 7 de septiembre de 2013

El Silencio.

En el día de hoy que es sábado y además está lloviendo, me he dicho a mí misma: "voy a escribir sobre El silencio" porque la verdad no tengo nada mejor que hacer.
"El silencio" es de esas películas que esconden dentro de ellas un submundo tan poderoso y tan fuerte, que después de verla, en lo único que piensas es en volver a repetir la experiencia.
Me sucedió que no podía dejar de pensar en ella, su historia, sus imágenes se sucedían por mi memoria, como pasajes de una vida ajena. Cuantas veces habremos imaginado una película así en nuestra cabeza, destapando los recovecos más oscuros, eróticos e insinuantes de una historia imaginada. No hace falta imaginar más, pues esa historia que muchos hemos deseado ver, toma forma, cuerpo y aroma en esta obra sueca, que en su estreno se censuraron dos escenas en nuestra España franquista. Como no podía ser de otra manera estuvo acompañada de cierta polémica, por lo explícito de sus escenas de sexo, siendo pionera en una de ellas.
Hay que decir que en general el cine sueco siempre ha estado muy adelantado en comparación con el español: madres solteras, mujeres que buscan sexo esporádico, adulterios, mujeres que se sienten atraídas por otras, todo esto era impensable en nuestro cine español. Por eso admiro tanto la valentía de estos films, en cierta manera nos impactan por esos prejuicios amasados durante décadas.
Al leer la sinopsis sentí una atracción irrefrenable y me dije que la tenía que ver sí o sí.
Cuenta la historia de dos hermanas Ana y Ester, que durante un viaje en tren, una de ellas enferma, así salen al descubierto heridas, envidias y complejos de ambas, todo frente la mirada inocente del hijo de una de ellas, que será el testigo mudo de los reproches y frialdades.
Ana (Gunnel Lindbolm) es una vanidosa, frívola, que busca el placer en hombres desconocidos, odia a su hermana y a la vez tiene una relación de dependencia.
Ester (Ingrid Thulin) es más intelectual, introvertida, siente una atracción física hacia su hermana, parece estar enferma de tuberculosis, es adicta al tabaco y alcohol quizá para sobrellevar el peso de la enfermedad.
De manera personal lo que más me atrae es la atracción erótica y de deseo de Ester hacia su hermana, que nos hace pensar que tal vez en un pasado existiera una relación incestuosa y que Ana no quiere recordar aquello. A mi parecer Ingrid Thulin hace un personaje totalmente lésbico, el director muy inteligente porque no hace explícito el personaje si no que deja que lo intuyamos. La carencia de la presencia masculina, solo representada por ese extraño señor del hotel o el hombre del bar, sexo sin amor y sin un ápice de ternura, representado por Ana y cuando Ester se rinde a los placeres en solitario.
El niño una verdadera joya y el alma de "El silencio", para terminar destacar esa escena cuando están las dos hermanas en la cama y Ester dice que no se vaya, es de tal intensidad, que traspasa la pantalla.
Ambiente asfixiante, calor, una sexualidad palpable que se siente en cada uno de sus fotogramas. Secretos y mentiras, más el morbo añadido de las protagonistas. Sería un pecado no verla.




2 comentarios:

  1. Ayer, antes de ir a dormir, entro a mi blogger para publicar el post de Leonor y me encuentro las actualizaciones de tú blog. Entré, te leí, miré las capturas del film “El silencio” y las fotos de la columna… me morí de amor. Ahora entro para comentarte, (luego de un recreo que me doy) y veo la cabecera, con Huppert. Resultado: me produce algo que no puedo explicar con palabras. Sinceramente me encantan las fotos que seleccionas, ni hablar de las pelis. Te digo no puedo escribir con esas fotos… Esto definitivamente me mataa… creo que por mi salud, tendré que olvidarme de Cosas de Mar… Y para completar Thulin. Esto no es justo, Mar Salmerón, quiero vivir aunque sea unos años más. Después ya tengo asegurado (por DIOS, digo por TEO) en el otro mudo una sala de proyecciones para mi solita. Pero ahora quiero estar entre los humanos un poco más, pero si sigo viendo tú columna (la del blog, claro) me aceleras una muerte más segura y más próxima.
    Con respecto a la peli, adhiero cada una de tus apreciaciones. Bergman aquí se contaminó con los primeros planos de sus actores, con ese juego de luces, penumbras y movimiento (el tren), que fue llenando la narrativa del film. Debo elogiar a Thulin y al niño, principalmente. Es verdad que para la época, fue una cinta bastante polémica para la mentalidad de principio de los ’60, que finalizando la década se iba a destapar con todo, sería la década de la revolución femenina, menos prejuicios, más rock.. etc… Todo esto ya propuesto por el sueco, precursor si los hubo, mostrándonos erotismo y sensualidad con algunos desnudos de Anna o la escena de ella con el hombre del bar. Y siendo mi alma gemela cinematográfica, a mí también la escena que me dominó totalmente cuando Esther le dice a Anna que no se vaya con ese hombre desconocido, realmente traspasa la pantalla. Eso es algo bello para nosotros, porque no suele suceder con todas las películas. Otra escena que me dominó es cuando el niño se despide de Esther y le da la carta, y Anna fríamente lo saca de su pecho, en el momento que lo tenía a éste abrazado. Que más decirte, Bergman me subyuga, en especial este tipo de cine me atrae, tratando la temática del no diálogo, de una carencia espiritual meramente existencial, como tú bien lo describes, esa relación sexual sin amor, o esa carencia de ternura, de comunicación, que el cineasta logró imprimirnos en nuestros ojos, con la ayuda de esos planos excelentes. Recuerdo el rostro de Esther cuando enciende la luz de la habitación donde se encontraba su hermana con ese hombre y el diálogo que viene después entre ellas, ese odio y dependencia que vemos en Anna hacia su hermana. Thulin en esta peli se merece todos los laureles. Interpretó a una persona reprimida en sus preferencias sexuales con un tono implícito hacia lo que pudo ser en otro momento una relación incestuosa, que quizá Anna quiere borrar, pero no lo sabemos. De nuevo Bergman nos da ese poder a nosotros para descifrar la mente y el corazón de los personajes. Te diré que el final me dio un sabor inconcluso, no sé cómo explicarlo, los rostros de Anna y el niño me desorbitaron, no entendí sí el niño logró deducir el idioma de la carta o no y el rostro mojado por la lluvia en Anna, tampoco logré interpretar, evidentemente está cargada de mucho simbolismo. Supongo que esa mirada perturbada de Anna, era de remordimiento por dejar en ese hotel solitario, a su hermana casi asfixiada y próxima a la muerte, pero claro también tienen que seguir el título de la peli y jugar con EL Silencio y con la Muerte, a la que Esther le tenía pánico. En fin una película para visionar nuevamente. Querida Mar, me encanta el blog y este post, no voy a mirar ni su columna ni su cabecera, estas anatomías me pierden mucho, tendrías que pensar en no ser tan llamativa, digo por la salud en general de las personas. No quiero que te extraditen por mi muerte, aquí te van a juzgar con todo el peso de la ley. De todas formas, te envío muchos besos.
    Malvi.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida Malvi, siempre iluminas con tu sabiduría y brillantez cada entrada, no se que voy hacer el día que olvides "Cosas de Mar" porque te extrañaré demasiado. Imaginaba que podían infartarte esas fotos divinas, la verdad que Huppert en esas dos en concreto transmite mucha cercanía y sencillez. En especial hay films que te tocan de alguna manera y ver que a otra persona le ha llegado de la misma forma me llena de satisfacción. Mi más favorita del sueco sería "El Silencio", las escenas de tu comment, cuando el niño se despide y la otra tan severamente lo aparta de los brazos de Ester, sentí igualito a ti, como una sensación que te deja realmente mal, también respaldo que la última escena no se entiende con claridad, como un final abierto que en realidad no es un final. Eso sí cuando Ester descubre a la hermana en la cama con ese tipejo, es de una violencia emocional indescriptible, recuerdo que Ester dice algo así como: "en realidad sí te quiero.." frente a la crudeza de la otra (que desde luego la actriz seleccionada para hacer de Ana es más que perfecta). Me encanta que todo sea tan femenino y que lo masculino casi sea inexistente, a mi parecer las mujeres tienen más fuerza en el mundo actoral, son más sentidas y llegadoras. No quiero olvidar el beso de Harriet Andersson con su ama en "Sonrisas de una noche de verano", escena que me encantó y recuerdo haciendo referencia a lo adelantado que estaba el cine sueco en comparación con otros. Prometo no ser tan llamativa porque al final me voy a infartar yo también. Vaya dos suecas y qué maravilla "El Silencio".

      Besos y abrazos de Mar!!

      Eliminar