
"Castillos en la arena" es una película desconocida del realizador Vincente Minnelli ganadora del oscar a la mejor canción original. Esta historia infravalorada tanto por critica como por público nos ofrece un excepcional retrato sobre diversos temas, con una delicadeza y sobriedad raras veces vista. Cuenta la historia de una mujer pintora, bohemia, que vive en su casa al lado del mar y rodeada de naturaleza con su hijo de ocho años, cuando el niño mata a un cervatillo las autoridades ven oportuno llevarlo a un colegio de niños problemáticos, la madre (Elizabeth Taylor) se opondrá pues no quiere que a su hijo le encadenen falsas moralinas sobre el bien y el mal. Este hecho hará que conozca al pastor episcopaliano del colegio (Richard Burton) de fuertes convicciones religiosas y casado, el enfrentamiento inicial entre la madre (Taylor) y el pastor religioso será el inicio de una peculiar relación donde las dos personalidades opuestas y la gran variedad de temas que el gran Vincente Minnelli nos ofrece darán como resultado un melodrama de altos vuelos, de esos que no dejan indiferente, alejado de la cursilería o del sentimentalismo barato. En cuanto interpretaciones sólo puedo decir que Elizabeth Taylor está extraordinaria, siente cada una de las palabras que dice, cada diálogo, cada frase, me sentí muy cercana a ella la entendí, quizá porque yo también soy un poco así. El personaje de Elizabeth Taylor es una mujer de espíritu libre, que necesita el contacto con la naturaleza, que pinta y se rodea de arte, pero más allá de ser un personaje típicamente idealista, lo que nos está ofreciendo Taylor es la verdad de ese idealismo, sin prejuicio alguno a mostrarse tal y como es con el coraje de ser ella misma. A veces se asocia el feminismo a la falsa idea de que las mujeres feministas odian a los hombres, idea concebida desde la más absoluta ignorancia pues lo que pretende el feminismo es lograr la igualdad no odiar, el personaje de Taylor esta pidiendo a gritos el ser respetada como mujer. También nos esta ofreciendo puntos de vista tan interesantes como el papel de la mujer en el matrimonio y la desigualdad que esta tiene, el ateísmo, la libertad sexual de la mujer, la infidelidad, la capacidad de enamorarse de alguien que a simple vista no tiene nada que ver con nosotros. Como fiel defensora del amor, esta película expresa muchas de las cosas que pienso y comparto, no sólo nos esta hablando de una historia de amor, si no que nos ofrece una amplia galería de subtemas que merecen ser subrayados.
La sensibilidad de Vincente Minnelli es más que evidente, la realización es notable en cuanto a paisajes y puesta en escena, esa primera escena donde vemos el inmenso mar, el cielo azul con su gloriosa enormidad nos invita a soñar y si mencionamos la preciosa canción que acompañan dichas imagenes, sólo puedo decir que es como estar en el paraíso. Minnelli nos esta diciendo que llevar la vida que uno a soñado es posible, que la libertad es posible y que el amor y los ideales como única bandera también son posibles. Sobre las interpretaciones Richard Burton perfecto con esos ojos azul cristalino, entre noble y rudo, Elizabeth Taylor consigue momentos de verdad que pocas veces he visto, haciéndote participe de esa intimidad. Esa escena cuando cura el ala herida del pequeño pájaro, como metáfora de que todo ser viviente merece la libertad, o cuando está pintando en la playa y dice: "una mujer casada es sólo eso, madre, ama de casa ¿porque los hombres casados pueden ser más cosas, que los diferencia?".
Una madre soltera que a los ojos de la sociedad en esa época estava de lo peor visto, y si te enamorabas de un hombre casado era motivo suficiente para que te hicieran vacío. Elizabeth Taylor que llevó la sensualidad y la exuberancia a lo más alto, nunca olvidaré esas curvas, y esas formas tan bellas, ese vestuario de colores lila, púrpura y amarillo, esa Elizabeth Taylor enamorada (dentro y fuera de la pantalla), esos increíbles ojos tan dificiles de olvidar. Una película que sobre todo te hace pensar y que después de verla dan ganas de dejarlo todo y buscar ese paraíso perdido donde no exista persona que pueda juzgar tus actos, donde el sexo y el amor se respira como algo natural, donde la libertad es la única bandera y donde los sentimientos te arrastran y te llevan hacía un camino de verdades y desencuentros. Una pequeña joya con una gran joya de protagonista: la inolvidable y eterna Elizabeth Taylor.
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