En esa última escena donde Dirk Bogarde con un hilo de sangre brotando de su cara, contempla en sus últimos minutos como Tadzio parece apuntar algo, dirigiendo su mirada directamente a sus ojos, es ese el punto exacto de la belleza absoluta, tan decadente y a la vez hermosa.
El compositor Gustav von Aschenbach viaja a Venecia para pasar sus últimos días, una Venecia asediada por la peste y enfermedad, y en un hotel donde se hospeda descubrirá a un joven vestido de marinero rodeado de su burguesa familia, y así el joven Tadzio se convertirá en un objeto de deseo, más inclinado hacia el idealismo de la belleza de la juventud, que hacía un deseo puramente erótico o sibilino. Este le inspirará nuevos deseos de vivir y renovados anhelos de creación artística, y sin embargo acabará por llevarlo a la muerte en una de las secuencias más alabadas en la historia del cine.
La realización artística no es que sea buena, es extraordinaria, el vestuario impecable, combinación de colores, planos perfectamente guiados para transmitir la emoción exacta, eso sí de nuevo algún que otro zoom, sin importancia alguna. Y como personaje secundario y no por eso menos importante Silvana Mangano como la madre protectora de Tadzio, hay que decir que el vestuario de Magnano es fabuloso como pocos, esos vestidos, y esa recreación, que no solo te envuelve si no que te mete directamente en el mundo de la propia historia.
La actuación de Dirk Bogarde, un grande entre los grandes, transmite esa obsesión hacia la perfección que roza lo sublime, impregnando con su propia decadencia una Venecia hastiada por la miseria.
La belleza cobra vida, cuerpo y alma en las manos del maestro Visconti.
”Quien ha contemplado la belleza con sus propios ojos está consagrado ya a la muerte”.
Hola Mar, no tengo palabras, ¡qué película elegiste¡ Se nota la exquisitez que tienes. Y como ya te he dicho, me encanta leer lo que te provocan a ti los films, por como expresas lo que sentís.
ResponderEliminarUna pelí que para mí rescata la esencia de lo que escribió Mann con una excelencia que solamente nos podía regalar Visconti. Ya no importa sí le modificó la profesión al personaje de Mann, pero de esto sabía mucho el milanés y fue un verdadero acierto la música seleccionada. Particularmente cuando suena “Para Elisa” de Beethoven en piano, es un deleite a los oídos. El vestuario te transporta a los inicios del siglo XX, y muestra a su vez lo detallista que fue el maestro, como lo asevera la foto que elegiste para este post. En cuanto al joven de apariencia andrógina representa con su cuerpo (materia) la belleza (idealizada), en una palabra el primor que busca un artista como Gustav y que le resulta inasequible encontrar ese estado de perfección en la realidad, sólo con el espíritu puede llegar. De ahí que el escritor (en la novela de Mann) y el compositor (en el film), se siente trastocado por esa corporeidad que le presentan a sus sentidos, esa belleza que lo llevará a la muerte. Ese ensamble entre la belleza y la muerte está extraordinariamente logrado por el binomio Visconti-Bogarde. Siempre pienso lo mismo, cuando hace unos años (varios) atrás empecé con los estudios de filosofía en las añejas paredes de la UCA, donde me acercaron a Platón, me ocurrió que no lograba comprender con mis 18 años el significado del sentido platónico de la belleza. Cuando leí a Mann y luego vi esta peli, me dije, “esto es lo que quería decir Platón” Porque te cuento esto, Mar, para que sepas porque creo en la GRANDEZA de este director, lo necesitaba a él para que me mostrara el sentido filosófico griego de la belleza, por los ojos y luego por mi mente. No quiero seguir, no quiero aburrirte, da para seguir, no es para menos. Tal vez más adelante, prepare una entrada de la novela de Mann, desde el aspecto literario y filosófico, aunque corro peligro de que no interese. Pero no da torturarte más, gracias y mil gracias por traernos este film a nosotros. Las imágenes muy buenas y ese rostro de Tadzio me encanta, esos rostros ambiguos me pierden. Besos, querida Mar, vendedoras de fantasías.
Malvina que bonito tu comentario, me siento muy feliz de verdad solo de saber que puedo transmitir esas sensaciones y que otras personas como tú misma, sientan esa especie de emoción que yo deseo expresar. No siempre se consigue, pero si alguna vez lo conseguí más que satisfecha. Ese rostro de Tadzio andrógino e inolvidable. Me ha gustado mucho lo de vendedora de fantasías.
EliminarGracias a ti Malvi por soñar también en ese barco de ilusiones.
Besos Malvi querida.