martes, 19 de marzo de 2013

Isabella Rossellini: Enamorarse de Isabella.

Sólo pronunciar su nombre denota elegancia, algo que leí que me gustó mucho que definía a Isabella de esta manera: "Isabella Rossellini surgió en una época donde el cine era cine y existía cierto glamour". Algo con lo que estoy totalmente de acuerdo. Mi primer encuentro con esta actriz fue en la película "Un toque de infidelidad" (Cousins), una historia sencilla que me llegó realmente al corazón, como olvidar la escena cuando está en el andén y sube corriendo las escaleras, como olvidar su rostro llenó de ilusión, magia, dulzura. La transparencia, naturalidad y encanto de Rossellini en esta película es difícil de olvidar. Algo que raras veces ocurre cuando sientes que el actor traspasa la pantalla y algo de su esencia se transmite. Igual como si lo sintieras tan cerca de ti que hasta podrías escuchar el latir de su corazón, todo esto sentí al verla.
Lo que más destacaría de esta maravillosa actriz italiana es la expresión emocional que siempre logra transmitir a través de su rostro, con una mirada, un gesto o con su simple presencia.  Siendo hija de un mito como Ingrid Bergman y un genio como lo fue Roberto Rossellini, esta mujer tenía que tener algo especial que la hiciera única. Porque ha logrado una carrera y un lugar en el cine, con su talento y sin ayuda de su apellido. Y se ha ganado el respeto de la crítica y el público.
De entre sus películas destacaría "Amor inmortal" excelente película con Gary Oldman, "Terciopelo azul", "La muerte os sienta tan bien", "Las maletas de Tulse Luper", "King of the corner" y "Cousins".
Isabella Rossellini tiene la misma elegancia y belleza que la madre, pero también tiene ese misterio que la hace aún más interesante. Con ella nació un nuevo estilo en el mundo del cine, siempre llenando de sensibilidad la pantalla con ese aire que sólo las más grandes consiguen tener.

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