Una de las películas más hermosas que he visto, llena de matices,
delicadeza, belleza... cada plano es pura poesía cuidado hasta el más
mínimo detalle. Todos los actores brillantes desde Albert Finney, Maggie
Smith (que me encantó), Ben Chaplin, y sobre todo Jennifer Jason Leigh
haciendo una de sus mejores interpretaciones, me enamoró totalmente, una
niña-mujer llena de pureza absoluta y candidez que a pesar de la
adversidad sigue creyendo en la belleza de las cosas, nunca se desvanece
y lucha hasta el final. Inolvidable la secuencia cuando llega el padre y
ella se desvive por recibirlo. El gran acierto es que tanto Ben Chaplin
como Jennifer consiguen hacer una pareja totalmente creíble y llegas a
creer en su amor y en su historia y te involucras de tal manera con los
personajes que llegas a formar parte de ellos. Muchas chicas nos
reconoceremos en el personaje de Catherine, quién no ha tenido esa
inocencia, esas ansías por escapar del nido, ese ardor de deseo hacia
otra persona, quién no ha tenido necesidad de sentirse amado. Jennifer
lo borda y lo convierte en una joya. En especial me encantaron dos
secuencias cuando ella sale con ese vestido tan singular y está el padre
y la tía esperando, y cuando se ven fuegos artificiales y ella
contempla una obra de teatro donde rasuran la cabeza a una persona con
la guillotina, la expresión de su cara y como ella se asusta refleja una
sensibilidad tan extraordinaria de un ser tan lleno de bondad. Lo único
que no me resultó demasiado creíble es la reiteración que se hace sobre
la fealdad de Catherine (cuando en realidad Jennifer Jason Leigh es una
mujer muy hermosa y atractiva). Tal vez patosa o desgarbada pero lo que
se dice fea no lo es en absoluto. Excelente.
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